El 84 % del parque cafetalero está en riesgo
La reducción en la frecuencia de las lluvias y el incremento en la temperatura provocarán que las cordilleras salvadoreñas ya no tengan condiciones para seguir sembrando café.
En unos 45 años se tendrá que buscar cultivos alternativos para más del 80 % del parque.
Un estudio del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) identificó que hacia 2020 se reducirán las áreas aptas para cosechar el cafeto. Hacia 2050 habrá muy poco terreno idóneo.
El estudio fue publicado por el CIAT y tuvo apoyo de dos organizaciones agropecuarias, una empresa beneficiadora, un grupo de compradores de café y los investigadores de la Fundación para Investigaciones de Café (PROCAFE). La información está disponible desde 2011.
“En todas las regiones productoras de café en El Salvador la aptitud de café muestra un descenso en 2020”, señala el estudio. En el gráfico puede observarse el cambio en las cordilleras.
Hacia 2050 el deterioro será todavía más evidente. La investigación del CIAT consigna que “la aptitud promedio de estas áreas se reduce entre un 30 % y un 50%, mientras que hoy tienen aptitud de 60 % al 80%”.
En este sentido, el estudio destacó que “la zona óptima para producción de café es actualmente entre 700 y 1,700 metros sobre el nivel del mar (msnm), y para 2050 aumentará a una altitud entre 1,200 y 1,700 msnm”.
Sergio Gil, quien se encargó de la investigación por parte de PROCAFE, advirtió que hacia 2050 solo se podrá cultivar café en alturas superiores a los 1,200 metros sobre el nivel del mar. Gil advirtió que de las aproximadamente 217,628 manzanas en las que se siembra este arbusto, solo 34,844 (16 %) están a más de 1,200 msnm y el 84 % está abajo de ese umbral. “No veo a nadie preocupado por el clima en la caficultura y el 60 % o el 70 % de la cosecha depende de estas variables”, advirtió.
De hecho, hay condiciones descritas en la investigación del CIAT que ya se observan en el territorio salvadoreño, por ejemplo, el documento muestra que las lluvias disminuirán progresivamente entre mayo y julio, en comparación con el comportamiento histórico, y se concentrarán en los últimos meses del año.
Esta ha sido una secuencia perceptible desde 2011, cuando las lluvias faltaron al inicio de la siembra. Ese mismo año, pero en octubre, hubo 10 días consecutivos de lluvia (la depresión E-12).
“Somos pequeños y ni así nos ponemos de acuerdo sobre qué producto vamos a promover del café”, lamentó Gil, quien tiene décadas de asesorar a los productores sobre el cultivo.
El ministro de Agricultura, Orestes Ortez, citó otro estudio de expertos de Gran Bretaña, en el que se destaca que en 70 años desaparecerá la familia de café arábica (la que se siembra en El Salvador). “Pero esto sucederá si no hacemos nada”, explicó el funcionario. Agregó que el plan de renovación con nuevas variedades que ejecuta el Gobierno puede ayudar a enfrentar el efecto del cambio climático en la caficultura.