Hace cuatro millones de años no había hielo en el Polo Norte Leer más: Hace cuatro millones de años no había hielo en el Polo Norte
Una investigación internacional en la que han participado científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha revelado que hace 4 millones de años no había casi hielo en el Polo Norte. El estudio, que publica la revistaNature Communications, muestra que el casquete de hielo en el Ártico no ocupó su extensión actual hasta hace unos 2,6 millones de años, lo que confirmaría las predicciones científicas que auguran que estamos viviendo actualmente un nuevo periodo en el que el hielo en el Ártico podría desaparecer durante el verano a lo largo de este siglo.
El trabajo, que ha sido llevado a cabo por investigadores de la UAB, de la Universidad de Tromsø (Noruega) y de la Universidad de Plymouth (Reino Unido), ha estudiado la tendencia en la extensión del hielo del Océano Ártico entre hace 5,3 y 2,6 millones de años. Se trata de la última vez que la Tierra experimentó un periodo largo de tiempo con un clima cálido de promedio, antes de que las edades de hielo comenzaran a alternar con períodos interglaciales suaves como el actual.
El objetivo del trabajo es entender cómo será nuestro planeta en las condiciones de calentamiento global que se prevén para finales del siglo XXI
«El objetivo del trabajo es entender cómo será nuestro planeta en las condiciones de calentamiento global que se prevén para finales del siglo XXI, por lo que estudiamos el clima de la Tierra en el Plioceno, un período geológico hace 2,5 a 5 millones de años», ha explicado el profesor de la UAB Antoni Rosell, co-autor del estudio e investigador de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (Icrea).
El análisis de las algas da la clave
La investigación se ha basado en los datos extraídos de los sedimentos de un pozo excavado en el fondo marino en el noroeste de Spitsbergen, la isla más grande del archipiélago de Svalbard (Noruega), donde desde hace décadas estudian los sedimentos de los fondos marinos con fines científicos. A partir del análisis químico de los restos fósiles de unas algas microscópicas que viven en el hielo, y de microorganismos del agua, los investigadores han podido seguir las variaciones en las condiciones ambientales a lo largo del tiempo y conocer con precisión cuándo llegó el hielo en esa zona concreta de los océanos.
Los investigadores piensan que el crecimiento de la capa de hielo hasta hace 2,6 millones de años se debió, en parte, a cambios en las corrientes oceánicas y al ascenso de grandes masas continentales que sucedieron en ese periodo. Los cambios en las altitudes en muchas partes del Ártico, incluyendo Svalbard y Groenlandia, con la acumulación de hielo, estimularon la distribución del hielo también en la superficie del mar.
Además, según los científicos, se abrió el estrecho de Bering entre América y Rusia y se cerró el canal de Panamá en América central, y esto supuso un gran incremento de agua fría en el Ártico que también facilitó la formación de más hielo en el Océano Ártico.
Ayuda a la investigación del actual cambio climático
Los científicos ya conocían que la evolución de la extensión del hielo del Ártico había sido siempre muy incierta, pero este trabajo muestra por primera vez cómo el hielo del Océano Ártico se formó antes de que se establecieran las masas de hielo continentales del hemisferio norte.
Este trabajo muestra por primera vez cómo el hielo del Océano Ártico se formó antes de que se establecieran las masas de hielo continentales del hemisferio norte
Según Rosell, los datos son «de gran interés», ya que el calentamiento actual está ligado a la derrota de la cubierta de hielo del Océano Ártico, de modo que los resultados se pueden utilizar como una herramienta en el modelado del clima para mostrar qué tipo de clima podemos esperar a finales del siglo XXI. También servirá para mejorar los modelos climáticos de predicción actuales, que apuntan a que al final de este siglo, el Océano Ártico estará totalmente libre de hielo en verano, según Rosell.
Para los investigadores, no hay ninguna duda de que esta investigación será una de las herramientas de trabajo para elaborar los próximos informes del IPCC (el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas).