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Ahora llueve con más intensidad en Caracas

Ahora Llueve Con Más Intensidad En Caracas

Laura Gouveia vive en La Parrilla de Petare. Tiene tres hijos y llena sus ollas de agua con la misma parsimonia de quien doblega su sueño y se debate contra el primer rayo de luz para incorporarse a la cola del pan. Dice que está desvelada, fatigada por el  ardor en sus ojos que le produce el tanto esperar un servicio que no tiene hora de llegada. «Es agotador».

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Gouveia piensa que debería llover más. Pero a diferencia del imaginario de quienes padecen el racionamiento, la Estación Pluviométrica de la Universidad Central de Venezuela registra un cambio en el patrón de las precipitaciones. Ahora llueve más en menos días. Aunque por debajo del promedio, 120 días pluviosos por año, desde 2013 se han tornado más intensas: son mayores a 10 milímetros y no en pocas ocasiones superan los 30 y hasta 50 mm.

Valdemar Andrade Pereira, docente e investigador del Departamento de Ingeniería Hidrometeorológica de la UCV, atribuye el fenómeno a varios factores, todos con igual peso. Uno de ellos es el cambio climático que deja secuelas en la ciudad y aumenta la temperatura del valle. Otro que cobra importancia es la contaminación per se.

En torno a ello, agrega que las partículas que resultan de la combustión atrapan la humedad en el ambiente e incrementan estos fenómenos.

«La intensidad de las lluvias se ha elevado en al menos 15% y el 80% de las veces son mayor a 10 mm, lo cual genera crecidas más violentas, movimientos de suelos y colapso de las estructuras de drenajes diseñadas hace  50 años», advierte Andrade.  Los registros pluviométricos marcan una tendencia clara de este fenómeno inédito que, con este, suma cinco años consecutivos en los 67 de registros que tiene la estación de Ciudad Universitaria.

Con un acumulado de 341,8 mm de lluvia en los primeros cinco meses del año, 2017 supera el promedio de 191,5 mm  y se posiciona como el sexto período más lluvioso en la historia. De incrementarse el fenómeno, Caracas podría cerrar el año por encima de su promedio (891,7 mm acumulado por año) y entrar en la categoría de lluvioso extremo. Pero se debe esperar que culmine el período lluvioso que va de mayo a octubre. «En mayo llovió 116,0 mm, es muy superior al promedio mensual 84,9 mm», apunta el Boletín la UCV. Las cifras, que se multiplican en otras estaciones pluviométricas del país, desdibujan una crisis de agua que se asocia a la «escasez» y que, a juicio de expertos, se debe a la falta de mantenimiento del sistema.

La última ampliación importante del acueducto Metropolitano fue en 1978, con la inauguración de la Planta de Tratamiento de Caujarito y el Sistema Tuy III. Sin embargo, en 1997 fue inaugurado el embalse Taguaza en el Parque Nacional Guatopo, solo que el mayor volumen de esta fuente abastece a Guarenas-Guatire y en un porcentaje menor a Caracas.

La coyuntura pone sobre la mesa una dificultad que sigue vigente y que se resume en un dictamen cotidiano: Caracas sin agua. Se trata de la crónica escrita por Gabriel García Márquez en 1958, quien vivió en la ciudad y retrató por adelantado un problema de vieja data que obliga a revisar la relación del caraqueño con este recurso.

Lavar en el río Guaire

A propósito del tema, en La Vega los vecinos evocan su relación con el Guaire, un cuerpo de agua que  flanquea la parroquia, pero que hoy es casi imperceptible por su contaminación. «Recuerdo que el agua no llegaba a las casas. La buscábamos en el Guaire y yo lavaba allí. Tenía una piedra donde enjuagaba mi ropa y lavaba sabroso», cuenta la octogenaria Dolores Jiménez.

Antonio Losapio tiene 50 años, es de San Agustín y acude cada semana a los chorros de la Cota Mil, a la altura de La Castellana, para recargar sus botellones domésticos. Lo hace desde que tenía 8 años, cuando solía acompañar a su padre, un italiano que se acostumbró a surtirse de El Ávila.»Es cristalina y me ahorro Bs 2.000 por cada botellón», dice Losapio.

En las comunidades con un servicio óptimo el consumo promedio es de 300 litros por personas al día, 160 litros por encima de los estándares, según Evelyn Pallota, directora de Ambiente de Miranda.

En condiciones normales la ciudad tendría que recibir 17 mil litros de agua por segundo, pero  hoy se suministran alrededor de 14 mil. Expertos como el expresidente de Hidrocapital, José María De Viana, advierten que Caracas recibe 5 mil litros menos que en 1999.

A diferencia de otras épocas,  los embalses tienen agua pero no hay cómo traerla a Caracas, pues los sistemas de distribución están en mal estado. «El Guri está cercano a los 266,72 metros sobre el nivel del mar. Su cota máxima es 271 (msnm).  si sigue lloviendo se va a rebosar», precisa Valdemar Andrade la UCV. Expertos señalan que hace 39 años no se construye una fuente para Caracas y advierten que para incrementar la oferta se tendría que edificar un embalse cada 10 años.

Norberto Baussón, exvicepresidente de Operaciones de Hidrocapital, explica que la población de la urbe ha crecido en millón y medio de habitantes en los últimos 15 años, pero el suministro se redujo de 400 a 270 litros por persona.

Aunque el entonces Ministerio de Ambiente prometió que para 2012 estaría listo el proyecto Tuy IV, con un bombeo de 21 mil litros por segundo, la obra tiene cinco años de rezago. Y los sistemas de producción Tuy I, Tuy II y Tuy III disminuyen la conducción del líquido en aproximadamente 1% anual.

El privilegio de recibir agua de el Ávila

A lo largo de todo el Parque Nacional El Ávila se encuentran múltiples quebradas, arroyuelos y ríos, cuya agua no es del todo aprovechada para el consumo en el caso de Caracas, a diferencia del estado Vargas donde constituyen las únicas fuentes de abastecimiento.

En Caracas, solo la urbanización Terrazas del Ávila y algunos barrios de Petare Norte se benefician de dos tomas que salen de la montaña. Y a pesar de lo rudimentario de las instalaciones de los diques y de los equipos, los vecinos reciben agua durante todo el año, con ciertos altibajos, sobre todo en época de fuertes lluvias o de sequía.

«Es un privilegio para nosotros recibir agua de El Ávila, no solo por la calidad sino que no dependemos de la red de Hidrocapital», afirmó José Antonio García, directivo de la Asociación de Vecinos de Terrazas del Ávila.
La toma Galindo, ubicada al final de calle 1, le aporta entre 40 a 50 litros de agua por segundo, mientras que la toma La Urbina, localizada en la calle 5, suministra entre 15 y 20 litros por segundo.

José Rafael Rodríguez, vecino y coordinador de la comisión de agua de la urbanización afirmó que los diques  fueron construidos hace 30 años, como un aporte de la empresa constructora para la comunidad,  sin embargo se convirtieron en la principal fuente de abastecimiento de más de 14 mil habitantes.

A través de este comité, los vecinos coordinan junto con el Instituto Municipal de Aguas de Sucre (Imas) la distribución y el cuidado de ambas tomas.

En Caracas, el principal colector de agua es el Guaire, que nace en el Parque Macarao y se alimenta de los ríos San Pedro, Macarao, Valle y las quebradas de El Ávila y  La Guairita. Hoy también existen vestigios de la red de pozos de Caracas, conformada por 50 instalaciones subterráneas en urbanizaciones y hospitales, que aportaba unos 500 litros por segundo.

Carlos Urdaneta Troconis, exgerente de Planificación Urbana de la alcaldía Metropolitana y experto de la USB, dice que es necesario aprender a usar el recurso. «El caraqueño no sabe que el agua viene de Guárico ni que recorre unos 300 kilómetros desde una altura promedio de 300 msnm. Desconoce además  que se requiere un consumo de energía para traerla a una cota sobre los 1.000 msnm».

http://www.eluniversal.com/noticias/caracas/ahora-llueve-con-mas-intensidad-caracas_656517

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