¿Cómo se está afrontando el cambio climático desde Iberoamérica?
Las experiencias en ciudades resilientes han de formar parte del diseño de los municipios para lograr un mejordesarrollo sostenible y con éste una óptima adaptación a los factores y situaciones de riesgo. Con el objetivo de trabajar en pro de una buena adaptación de sus respectivas urbes, representantes del sector público de distintos países se han dado cita en el encuentro ‘Experiencias de ciudades resilientes en Iberoamérica’, un espacio que ha contado con la moderación de Clara Navío, presidenta de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA).
Como ciudad anfitriona del CONAMA, la primera experiencia expuesta, de la mano de Pedro Miguel Catalinas, director general de Ingeniería Ambiental y Gestión del Agua en Ayuntamiento de Madrid, ha sido la de la capital española. Catalinas ha centrado su exposición en la cuestión del agua, y ha remarcado la ciudad se sitúa a la vanguardia porque “destaca en sus infraestructuras preventivas, tanto en períodos de sequía como en épocas de inundaciones. Hace unos años Madrid no eras capaz de gestionar estos fenómenos pero ahora ya está totalmente preparada para ello, por eso creemos que en este aspecto somos totalmente resilientes”.
Ya del otro lado del Atlántico, José I. Blandón, alcalde de la ciudad de Panamá, ha indicado que “nuestro país y también su capital están creciendo mucho, pero este elevado crecimiento implica una profunda desigualdadeconómica y social, lo que genera una situación de precariedad y unos riesgos muy grandes. Ante esta situación, en lo que a la ciudad de Panamá respecta, uno de los principales retos es que el gobierno municipal se posicione como máxima autoridad local y, algo muy importante, que se cree un Plan de Ordenamiento de la ciudad, del que no disponemos todavía. Al no existir planificación y ordenamiento en la urbe, cada proyecto inmobiliario se percibe de manera independiente y no en conjunto, como debería ser”.
Desde Argentina, Flavia Broffoni, directora general de Estrategias Ambientales de la Agencia de Protección Ambiental de la ciudad de Buenos Aires, ha enumerado los cambios esperado para la ciudad para 2030: “calentamiento generalizado de toda la región, así como el aumento de las precipitaciones y también del nivel del mar, intensidades crecientes de viento y cambios de dirección hacia el Este, aumento de la frecuencia, duración e intensidad de fenómenos climáticos extremos, expansión de vectores, incremento de la presión de los sistemas de salud y degradación de la calidad del aire”. Además, Broffoni ha advertido de que “somos la única generación que tiene la oportunidad de hacer algo contra el cambio climático; no vale seguir postergándolo y pensando que ya se encargarán de él las generaciones futuras. El cambio climático es una realidad y debemos hacer algo ya”.
Según Julio F. Samaniego, director ejecutivo de Reconversión del Centro Histórico y asesor jurídico de Asuntos Internacionales de la Municipalidad de Asunción, “nosotros contribuimos muy poco al calentamiento global porque nuestra economía se basa sobre todo en la agricultura y en actividades agropecuarias. Sin embargo, padecemos las consecuencias de éste, y ello nos genera muchos problemas. Por este motivo hemos creado un programa de mitigación y también de adaptación. Además, para poder afrontar la lucha contra el cambio climático, estamos perfilando nuestro nuevo Código de Ordenamiento Territorial”. “Los seres humanos no hemos respetado la naturaleza y ahora ésta está pagándonos con nuestra misma moneda”, ha concluido Samaniego.
Para Arnoldo Matus, director de Resiliencia de la Ciudad de México, “hace ya más de quince años que desde nuestro país estamos trabajando en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, somos una región muy vulnerable, pues estamos expuestos a multitud de fenómenos meteorológicos (precipitaciones extremas, sequías, olas de calor, etc.) y además padecemos una grave desigualdad y pobreza, lo que contribuye a la concentración de la vulnerabilidad en grupos marginados”.
Tal y como ha expuesto Néstor Ahumada, jefe del departamento de Gestión y Desarrollo de la Ilustre Municipalidad de Santiago de Chile, “uno de los problemas que tenemos es que las propias administraciones locales apenas tienen conciencia del cambio climático y las graves consecuencias que puede acarrear. Así, uno de los mayores retos que tenemos es que se empleen mayores esfuerzos en hacerles partícipes, y no sólo a los gobiernos locales sino también a la comunidad como ente individual”. “En el caso del Gobierno nacional -ha añadido Ahumada-, la temática del cambio climático ha sido incorporada en las diferentes instancias de gestión, poniendo énfasis en la reducción de los GEI y en la identificación de las amenazas”.