Dejemos los combustibles fósiles en el subsuelo para acabar con los crímenes climáticos. Manifiesto
Del 30 de noviembre al 11 de diciembre tendrá lugar en París la Cumbre Internacional sobre Cambio Climático patrocinada por las Naciones Unidas. El llamamiento que reproducimos a continuación, subscrito por importantes personalidades del activismo ambiental y social, exhorta a una acción y movilización radicales y está abierto a nuevas adhesiones y firmas con solo entrar en http://350.org/climate-crimes-fr/
Estamos en una encrucijada. No queremos vernos obligados a sobrevivir en un mundo en el que apenas se pueda vivir. De las islas del Pacífico Sur a Luisiana, de las Maldivas al Sahel, de Groenlandia a los Alpes, la vida cotidiana de millones de personas se ha visto ya perturbada por las consecuencias del cambio climático. Por la acidificación de los océanos, por el sumergimiento de las islas del Pacífico Sur, por el desarraigo de refugiados climáticos en África y en el subcontinente indio, por el recrudecimiento de tormentas y huracanes, el ecocidio en curso violenta al conjunto de los seres vivos, a ecosistemas y sociedades, amenazando los derechos de las generaciones futuras. Estas violencias climáticas nos golpean de modo desigual: las comunidades campesinas e indígenas, los pobres, tanto del Sur como del Norte, son los más afectados por las consecuencias del desajuste climático.
No nos hacemos ilusiones. Desde hace más de veinte años, los gobiernos negocian, pero las emisiones de gases de invernadero no se han reducido y el clima prosigue su deriva. Mientras que las comprobaciones de la comunidad científica se hacen más alarmantes, prevalecen las fuerzas del bloque y de la parálisis.
No es una sorpresa. Décadas de liberalización comercial y financiera han debilitado la capacidad de los estados para hacer frente a la crisis climática. Por doquier, poderosas fuerzas — empresas del sector de combustibles fósiles, multinacionales del agro-business, instituciones financieras, economistas dogmáticos, escépticos y negacionistas del cambio climático, responsables políticos prisioneros de estos grupos de presión— oponen obstáculos y promueven falsas soluciones. Noventa empresas están en el origen de dos tercios de las emisiones mundiales de gases de invernadero. Respuestas veraces al cambio climático perjudicarían sus intereses y su poder, pondrían en tela de juicio la ideología del libre mercado y amenazarían las estructuras y las subvenciones que les sustentan.
Sabemos que las multinacionales y los gobiernos no abandonarán fácilmente los beneficios que perciben de la extracción de las reservas de carbón, de gas y de petróleo o de la agricultura industrial globalizada tan glotona en energía fósil. Para seguir actuando, pensando, amando, ciudando, creando, produciendo, contemplando, luchando, hay que presionarles. Para desarrollarnos como sociedad, individuos y ciudadanos debemos actuar todos para cambiarlo todo. Lo demandan nuestra común humanidad y la Tierra.
Seguimos confiando en nuestra capacidad de detener los crímenes climáticos. En el pasado, hombres y mujeres decididos pusieron fin a los crímenes de la esclavitud, del totalitarismo, del colonialismo o el apartheid. Escogieron combatir en pro de la justicia y la igualdad, sabiendo que nadie lucharía en su lugar. El cambio climático es un reto comparable y preparamos una sublevación semejante.
Trabajamos para cambiarlo todo. Podemos abrir los caminos hacia un futuro vivible. Nuestro poder de actuar resulta a menudo más importante de lo que imaginamos. Por todo el mundo luchamos contra los verdaderos impulsores de la crisis climática, defendemos los territorios, reducimos las emisiones, organizaemos la resiliencia, desarrollamos la autonomía alimentaria con la agro-ecología campesina, etc.
Al acercarse la Conferencia de la ONU sobre cambio climático en Paris-Le Bourget, afirmamos nuestra determinación de que las energías fósiles permanezcan en el subsuelo. Es la única salida.
Concretamente, los gobiernos deben poner fin a las subvenciones que se destinan al sector de combustibles fósiles, y congelar su extracción renunciando a explotar el 80% de todas las reservas de combustibles fósiles.
Sabemos que esto implica un cambio histórico de envergadura. No vamos a esperar a que actúen los estados. La esclavitud y el apartheid no desaparecieron porque los estados decidieran abolirlos, sino por movilizaciones masivas que no dejaron otra elección.
La salida es incierta. Tenemos, sin embargo, una ocasión única de de renovar la democracia, de desmantelar el poder hegemónico de las multinacionales y de transformar radicalmente nuestros modos de producción y de consumo. Pasar la página de los combustibles fósiles constituye una etapa decisiva hacia la sociedad justa y sostenible que necesitamos.
No desperdiciaremos esta oportunidad, ni en París ni en ningún lado, lo mismo hoy que mañana.
Adolfo Pérez Esquivel (Premio Nobel de la Paz, 1980), Agnès Sinaï (Institut Momentum), Alberto Acosta (economista), Alberto Zoratti (Fair Italy), Alex Randall (Climate Outreach), Amy Dahan (historiadora de la Ciencia), Anabela Lemos (Justiça Ambiental, Mozambique), Asad Rehman (Friends of the Earth, Reino Unido), Ben Lefetey (militante ecologista, Sivens), Bernard Guri (Centre for Indigenous Knowledge & Organisational Development), Bernard Salamand (presidente del CRID), Beverly Keene (coordinadora de Diálogo 2000-Jubileo Sur, Argentina), Bill McKibben (fundador de 350.org), Boaventura de Sousa Santos (sociólogo), Catherine Larrère (filósofa), Brid Brennan (cofundador del European Solidarity Centre for the Philippines & Transnational Institute), Christophe Bonneuil (historiador), Cindy Wiesner (coordinadora de Grassroots, Global Justice Alliance, USA), Claire Nouvian (Bloom), Claude Lorius (glaciólogo), Clive Hamilton (filósofo), David Graeber (antropólogo), Desmond Tutu (arzobispo emérito), Dominique Bourg (filósofo), Dominique Méda (sociólogo), Edgardo Lander (sociólogo), Eduardo Viveiros de Castro (antropólogo), Emem J. Okon (Kebetkache Women Development & Resource Centre, Nigeria), Emilie Hache (filósofo), Erri de Luca (escritor), Esperanza Martínez (exministra de Salud Pública de Paraguay), Esther Vivas (investigadora y militante altermundialista), Faikham Harnnarong (coordinador, Thai Climate Justice Working Group- Tailandia), Fiona Dove (directora del Transnational Institute), François Gemenne (politólogo), Frank Murazumi (Amigos de la Tierra, Uganda), Gaël Giraud (economista), Geneviève Azam (economista), George Monbiot (periodista), Gerry Arrances (militante anti-carbono), Gilles Boeuf (presidente del MNHN), Gilles Clément (paisajista), Gilles-Éric Séralini Godwin Ojo (Amigos de la Tierra, Nigeria), Gus Massiah (Cedetim), Guy Aurenche (presidente del CCFD), Isabelle Frémeaux (Laboratoire des Imaginaires Insurrectionnels), Isabelle Stengers (filósofa), Jacques Testart (bióloga), Jagoda Munic (Amigos de la Tierra Croacia – Amigos de la Tierra Internacional), Jean-Baptiste Fressoz (historiador), Jean-Pierre Dupuy (filósofo), Jean Gadrey (economista), Jean Merckaert (Revista Projet), Jeanne Planche (Attac Francia), John Holloway (sociólogo y filósofo), Joan Martinez Alier (economista), John Jordan (Laboratoire des Imaginaires Insurrectionnels), Jon Palais (Bizi !), Josie Riffaud (Confédération Paysanne), Julien Rivoire (FSU), Jutta Kill (militante ecologista), Kaddour Hadadi (músico y cantante, HK et les Saltimbanks), Kevin Smith (Liberate Tate), Kumi Naidoo (Greenpeace International), Larry Lohmann (The Corner House), Lech Kowalski (realizador), Leonardo Boff (teólogo), Lidy Nacpil (Jubilee South), Mamadou Goïta (Institut de recherche et de promotion des alternatives au développement, Mali), Louise Hazan (350.org), Lyda Fernanda (economista, Colombia, Transnational Institute), Marc Dufumier (agrónomo), Marc Luyckx Ghisi (escritor), Marc Robert (químico), Marie-Monique Robin (periodista), Martin Vilela (Plataforme boliviana contra el cambio climático), Matthieu Orphelin (portavoz de la Fondation Nicolas Hulot pour la Nature et l’Homme), Maude Barlow (Food & Water Watch), Maxime Combes (economista, miembro de Attac), Naomi Klein (ensayista), Michael Hardt (filósofo), Michael Löwy (sociologue), Mike Davis (historiador y sociólogo), Nicolas Haeringer (350.org), Nicolas Hulot (presidente de la Fondation Nicolas Hulot pour la nature et l’Homme), Nnimmo Bassey (Oil Watch International), Noam Chomsky (lingüista y filósofo), Nick Hildyard (The Corner House), Noble Wadzah (Oil Watch Afrique), Olivier Bétourné (editor), Olivier de Schutter (jurista), Pablo Servigne (collapsólogo), Pablo Solon (ex-embajador de Bolivia), Pascoe Sabido (Corporate Europe Observatory), Pat Mooney (ETC Group), Patrick Chamoiseau (escritor), Patrick Viveret (filósofo), Paul Lannoye (ex-diputado europeo), Philippe Bihouix (ingeniero), Philippe Desbrosses (Intelligence Verte), Philippe Descola (antropólogo), Pierre Rabhi (agrónomo y pensador de la ecología), Pierre-Henri Gouyon (ecólogo), Priscilla Achakpa (Water Supply and Sanitation Collaborative Council, Nigéria), Razmig Keucheyan (sociólogo), Rebecca Foon (música), Richard Girard (Polaris Institute), Roger Cox (abogado), Saskia Sassen (socióloga), Serge Latouche (economista), Soumya Dutta (Alianza Nacional de Movimientos Antinucleares, India), Stefan C. Aykut (politólogo), Susan George (economista), Swoon (artista), Thomas Coutrot (economista, portavoz de Attac), Tom Kucharz (Ecologistas en Acción, España), Tony Clarke (International Forum on Globalization), Txetx Etcheverry (Alternatiba), Valérie Cabannes (End Ecocide), Valérie Masson-Delmotte (climatóloga), Vandana Shiva (física y ecologista), Vincent Devictor (ecólogo), Vivienne Westwood (estilista), Yeb Saño (ex-embajador de las Filipinas para el clima), Yvonne Yanez (Oil Watch).
350.org, agosto de 2015