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El CMC perfecciona sus modelos analíticos con expediciones al Catatumbo

El CMC Perfecciona Sus Modelos Analíticos Con Expediciones Al Catatumbo
Casi 16 años han pasado desde que el Centro de Modelado Científico (CMC) de la Universidad del Zulia hiciera la primera Expedición Catatumbo en la zona sur de la cuenca del lago de Maracaibo. A partir de estas expediciones, los investigadores del CMC han logrado realizar observaciones in situ de los relámpagos del Catatumbo, que han permitido la creación y revisión de modelos para conocer las condiciones climáticas, meteorológicas y atmosféricas de este y otros fenómenos.
Al ser la cuenca del lago de Maracaibo el lugar con mayor densidad de descargas eléctricas en el mundo, se hace cada vez más necesaria la puesta en práctica de un sistema de pronóstico de la actividad electromagnética en la zona, sobre todo para prevenir su impacto en el desarrollo de actividades económicas como la pesca artesanal, la ganadería y la exploración y explotación petrolera. De allí que se lograra la creación  del Sistema Integrado de Vigilancia de la Cuenca del lago de Maracaibo (Sivigila) en el 2015 y que se mantengan diferentes estudios a lo largo del tiempo.
Relámpagos diferentes
¿Qué hace que el lago de Maracaibo sea considerado la capital mundial de los relámpagos? Sobre esta interrogante, el profesor David Sierra Porta, director del CMC-LUZ, expresa: «los relámpagos ocurren básicamente por un amalgamiento de variables climáticas y meteorológicas y de configuración de vientos en la zona que permiten que las condiciones sean las propicias para que eso ocurra allí y no ocurra en ningún otro lado».
Por su parte, Marling Juárez, coordinadora del Sivigila, manifiesta que específicamente en esta zona «tenemos todos los factores ideales para que se modulen ahí los relámpagos: tenemos los vientos, la cordillera andina y la sierra de Perijá. Estos son los 3 primeros componentes que modulan las descargas eléctricas para que ocurran ahí».
Sobre las particularidades de los relámpagos del Catatumbo, el profesor David Sierra asegura que aun cuando desde el punto de vista físico todos los relámpagos son iguales, los que ocurren en el lago de Maracaibo «a diferencia de cualquier otro tiene una particularidad bien distinta a todos los demás: el relámpago es intranube con ocurrencia de descargas a tierra eventuales y ocasionales. Lo que ocurre es que el relámpago se ve dentro de la nube. Eso es distinto a todos los demás lugares donde también existen condiciones para el relámpago, en donde esos relámpagos caen a tierra. En nuestro caso, las condiciones son distintas, la microfísica y la macrofísica de la zona permiten que eso sea así».
Elevación de globos
Una vasta bibliografía publicada por los investigadores del CMC da muestra del trabajo que se ha desarrollado desde este centro y que los ha convertido en pioneros en el estudio de la zona mediante la elevación de globos meteorológicos. Al respecto, el profesor David Sierra explica que en la cuenca sur del lago de Maracaibo se han hecho más de 6 expediciones con diferentes metodologías y que cubren varias fases del trabajo de investigación, sin embargo, señala que la realizada del 20 al 22 de mayo de 2016 es la quinta Expedición Catatumbo en la que se lanzan los globos meteorológicos.
La vistosidad de un gran globo rojo se hace parte del cielo del poblado palafítico Ologá, al sur del lago de Maracaibo, mientras que los investigadores del CMC despliegan todo un aparataje para las mediciones correspondientes: «los globos meteorológicos sirven únicamente para la captura de datos de tipo climatológico, meteorológico, atmosférico», explica Sierra.
La utilización de estos globos por parte del CMC obedece a la necesidad de caracterizar la zona y para ello es necesario «medir temperaturas, humedades y presiones en la atmósfera a lo largo de una columna de un kilómetro y se hacen normalmente con 3 sensores dispuestos: uno a un kilómetro, uno a 500 metros y uno a 10 metros; más datos de medidas en superficie en terreno plano a nivel del mar de velocidades de viento, temperatura y humedad».
Para el director del CMC-LUZ, la elevación de los globos meteorológicos se ha convertido en una de las maneras más prácticas y eficientes de «levantar un sensor a kilómetro de altura que es donde se necesitan datos porque justamente ahí están las variables físicas que dominan la ocurrencia del relámpago del Catatumbo». Al obtener los datos desde  esta altura es posible establecer «una correlación directa entre lo que pasa físicamente (lo que vemos a simple vista) y lo que está ocurriendo en variables atmosféricas».
Predictibilidad modelada
El fenómeno del relámpago del Catatumbo ha sido caracterizado por el CMC mediante diferentes variables físicas. Esta caracterización mediante variables climáticas y atmosféricas de la forma en la que se presenta el fenómeno permite predecir «cómo va a ser la ocurrencia, cuál es la frecuencia asociada a un día típico cualquiera del año en términos de algo que nosotros llamamos la capa de frontera planetaria y en términos del jet nocturno de bajo nivel, que son básicamente sistemas físicos que caracterizan la ocurrencia de ese fenómeno. Hemos determinado que estas 2 características físicas nos permiten decir que el relámpago del Catatumbo se ve más en ciertas fechas o periodos».
La obtención de datos a partir de la elevación de los globos meteorológicos y la calibración de los modelos fue lo que permitió que los investigadores de este proyecto publicaran recientemente un artículo científico «en donde se hace referencia a que podemos predecir estacionalmente la frecuencia y recurrencia del relámpago de Catatumbo. Eso es un estudio único en Venezuela y, hasta donde sabemos, único en el mundo».
Las predicciones estacionales a las que apunta el CMC cubren períodos de 2 a 3 meses: «nosotros usamos modelos tanto físicos como dinámicos para poder predecir y para poder validar las cosas que pasan en el fenómeno del Catatumbo». De esta manera, la Expedición Catatumbo se centra en la idea de «casar datos físicos con modelos dinámicos, con modelos computacionales que nos permitan a nosotros hacer predicción», asegura Sierra.
A juicio del especialista de la Universidad del Zulia, las mediciones in situ no sólo permiten recabar datos para calibrar los modelos sino también comprobar que éstos reproducen la realidad: «lo que es más importante es la realidad y no el modelo, el modelo debe predecir lo que dice la realidad».
«Hasta ahora, en las expediciones a las que hemos ido, hemos comprobado que las condiciones atmosféricas, tanto como las variables físicas (precipitación, humedad, temperatura, presión) han estado validadas perfectamente bien con los modelos que tenemos hasta ahora, eso nos permite decir que vamos por buen camino».
Sin apoyo gubernamental
Las diferentes investigaciones que desarrolla el CMC en el lago de Maracaibo y la posibilidad de predecir las descargas electromagnéticas no sólo están revestidas de valor científico sino que también pueden contribuir con la prevención de accidentes en las zonas cercanas que repercutan en pérdidas humanas y materiales.
Desde el punto de vista presupuestario, los investigadores del CMC destacan que han tenido dificultades para la obtención de financiamiento para sus diferentes proyectos. Marling Juárez, coordinadora del Sivigila, señala que empresas estatales como Petróleos de Venezueladeben mirar hacia las investigaciones del CMC: «el 26 de mayo de 2016 hubo una explosión porque le cayó un rayo a un tanque de petróleo en Mene Grande y básicamente nuestros estudios deberían servir para prevenir todas estas cosas».
Esta quinta Expedición Catatumbo desde 2015 realizada por el Centro de Modelado Científico de la Universidad del Zulia contó con el apoyo logístico de Corpozulia, la Fundación BOD e Inparques.
Fuente: Karledys García/LUZAdN

http://www.cmc.org.ve/portal/noticias.php?noticia=122

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