El G-20 acuerda 800 medidas para crear ‘millones de trabajos’
La cumbre del G20 se clausuró esta mañana en Australia como ya es habitual en medio de una declaración repleta de pompa y cifras que se centró en un supuesto plan para estimular la economía mundial y luchar contra el cambio climático.
Los líderes de las economías más poderosas del planes han acordado de palabra -los pactos del G20 no son vinculantes- hasta 800 medidas para reactivar las finanzas mundiales, que según sus cálculos permitirán un crecimiento del 2,1% por encima de las previsiones fijadas hasta el 2018, inyectar 2 billones de dólares (1,6 billones de euros) en la economía global y crear «millones de trabajos».
De momento los empleos más inmediatos serán los que se otorguen a los funcionarios de un enésimo organismo internacional, el llamadoNúcleo Global de Infraestructuras, que se ubicará en Australia, destinado a promover las inversiones en ese sector.
Otro de los proyectos será incorporar hasta 100 millones de féminasal mercado laboral de aquí al 2025.
Según el texto adoptado en la reunión, los dirigentes de estos 19 países y la Unión Europea prometen una vez más apoyar «acciones fuertes y efectivas para afrontar el cambio climático» y adoptar a tal efecto «un protocolo o medidas con fuerza legal» en la conferencia de París del año próximo.
Contribuciones especiales
Tanto EEUU como Japón anunciaron contribuciones específicas -3.000 millones de dólares los primeros, y 1.500 los segundos- al llamado Fondo Verde para el Clima. Pero el país anfitrión -que se opuso a otorgarle relevancia a este asunto- matizó rápidamente el alcance de esta exhibición de dialéctica.
Barack Obama se despide antes de dejar Brisbane. PATRICK HAMILTON EFE
Su ministra de Asuntos Extranjeros, Julie Bishop, fue especialmente cándida al admitir que una cosa son las declaraciones rimbombantes que se hacen en estas reuniones y otra la realidad. «El gran problema, por supuesto, será ver si los países pasan de hacer declaraciones sobre lo que van a hacer a comprometerse realmente con objetivos y compromisos jurídicamente vinculantes. Está muy bien hablar de ello pero la gente no se ha comprometido a objetivos que estén secundados por sanciones», señaló Bishop recordando el fracaso de la cumbre de Copenhague sobre emisiones contaminantes del 2009.
El jefe del ejecutivo, Tony Abbot, también puntualizó que, pese a lo acordado, «vamos a abordar este tema (las emisiones) a nuestra manera, evidentemente». «Una quinta parte del planeta no tiene acceso a la electricidad y tenemos que proporcionárselo. El carbón formará parte de ese esfuerzo durante las próximas décadas», añadió.
Las organizaciones civiles del G20 aseguran que el aumento de la temperatura del planeta en dos grados supondrá la eliminación del 2% del crecimiento de la economía global. Esos mismos grupos defienden que la eliminación de subsidios a los combustibles fósiles -una política habitual en los países occidentales-, significaría un ahorro de 2 billones de dólares anuales, lo que equivaldría a un crecimiento global del 2% y una reducción de las emisiones de dióxido de carbono del 13%.
Pese a las críticas de la primera jornada, la crisis ucraniana no estuvo recogida en el comunicado final, aunque el presidente ruso, Vladimir Putin, ni siquiera se quedó a esperar a que se difundiera. Se marchó por adelantando confirmando el desplante a los que le habían reprochado públicamente la presencia de tropas rusas en la nación vecina. Adujo que tenía que recuperar algo de sueño.