Estrategias contra las inundaciones – en la ciudad y en el campo
Arquitectos e ingenieros desarrollan estrategias contra las inundaciones en vista de los rápidos cambios que se dan tanto en las ciudades como en el campo. No obstante, muchos se preguntan si será suficiente.
El agua es omnipresente en los arrozales y deltas del sureste de Asia. En el futuro, se podría decir que, en el Reino de Tailandia, el poder supremo no lo tendrá el rey, sino el agua.
Recientemente, las provincias montañosas del norte del país que rodean la ciudad de Chang Mai registraron graves inundaciones tras una serie de lluvias prolongadas. Los monzones del año 2011 provocaron también inundaciones y corrimientos de tierra por todo el país, causando más de 800 víctimas mortales y daños materiales valorados en 35.000 millones de euros. El nivel del agua llegó alcanzar los tres metros.
No solo el campo tiene problemas con el agua. La vibrante ciudad de Bangkok se erige sobre el río Chao Phraya, y aunque a veces parece difícil de imaginar al observar la densidad de tráfico de la carretera Sukhomvit o las soleadas aceras del distrito de Bang Rak, se trata de una ciudad llena de agua, atravesada por canales (o khlongs, como se los conoce en Tailandia), a menudo llenos de suciedad y hierbas. El agua está presente en las fuentes y las piscinas privadas, en una nueva alta sociedad que cada vez atrae más a nuevos inversores.
Ciudad y campo, amenazados por el agua
A pesar de ello, la infraestructura acuática de la ciudad no está su mejor momento. Los canales tienen demasiado caudal, y si llueve mucho, en una hora el agua puede llegar hasta las rodillas de los transeúntes en las calles más próximas. No hace falta mucho para que se produzcan inundaciones similares a las que sucedieron hace tres años, y se requiera una evacuación general.
Las preocupaciones de Tailandia sobre el agua han llevado a un grupo de la Universidad King Mongkut de Tecnología, en Thonburi, a presentar su diseño de una casa baja de arquitectura tradicional tailandesa, o “Baan Chaan”, al Decathlon Solar Europeo de este verano. La vivienda tiene ventilación natural, suelos elevados y terrazas abiertas, y el diseño Baan Chaan combina tecnología moderna con estrategias tradicionales tailandesas y un toque de “atmósfera tropical”, según el arquitecto miembro del equipo Sirakit Charoenkitpisut.
El asesor académico Acharawan Chutarat afirma que solo con la arquitectura no se puede conseguir todo: las soluciones arquitectónicas son muy buenas, y los materiales impermeables y el diseño se pueden usar con mucha flexibilidad, pero la ciudad debe mejorar su sistema de alcantarillado de forma sistemática y responder a los cambios sociales y medioambientales. De lo contrario, la arquitectura en Bangkok tendrá que elevarse varios metros por encima de las aceras sumergidas. Su densa población que cada día recorre esas aceras tendrá que comenzar a usar barcas.
La maldición de los monocultivos
Reducir la tensión que produce en la tierra la expansión de plantaciones de árboles de caucho y palmas podría ser una solución contra la amenaza de inundaciones y corrimientos de tierra. Pero la situación es compleja.
Convertir los bosques en monocultivos reduce las precipitaciones totales, pero aumenta las posibilidades de que las lluvias que caen se conviertan en diluvios, según estudios realizados en el área al norte de la capital por un ingeniero de la universidad de Chulalongkorn, mencionados en el periódico Bangkok Post. Es una situación de contrastes: el primer problema es la sequía, y después las lluvias torrenciales. Por su parte, un estudio del equipo de arquitectura de la universidad Teknologi MARA, en Malasia, establece una conexión explícita entre las plantaciones de árboles del caucho y la mayor frecuencia y magnitud de las inundaciones.
90 por ciento de la producción de goma natural proviene del sureste de Asia. Según el Wall Street Journal, la goma natural es un cultivo valorado en 25.000 millones de euros al año: claramente, se trata de un negocio difícil de sustituir. Para los países que están emergiendo de la pobreza, una de las vías más rápidas sigue siendo la plantación de árboles del caucho, de los que proviene la goma natural.
Una nueva vía: la goma renovable
Aún así, Alan Barton, director general de la compañía Lehigh Technologies, en Atlanta, se muestra optimista al hablar de posibles cambios. El experto está a cargo de una operación de reciclaje de goma usada, por ejemplo, en neumáticos viejos o cintas transportadoras averiadas. Esta goma se transforma en un polvo que puede sustituir materias primas basadas en aceite y goma para construir asfalto, nuevos neumáticos, plástico y otros productos. El objetivo de Barton es posicionar este producto como materia sostenible, basándose en sus costes de producción, su impacto medioambiental, la falta de desperdicios y de toxicidad. La goma pulverizada de Barton es un éxito: ya se ha usado en la producción de 250 millones de neumáticos norteamericanos desde que el negocio se inauguró hace ocho años.
La industria de la goma también presta atención a la sostenibilidad. La pasada primavera, el Grupo Internacional de Estudio de la Goma lanzó una iniciativa centrada en la calidad de producción y el aumento del uso de territorios boscosos ya degradados para nuevas plantaciones. Productores independientes ya han comenzado a participar.
A pesar de que es mucho suponer, si los productos sustitutivos de la goma y las iniciativas de sostenibilidad de la industria llegaran a conseguir un cambio en el uso de la tierra, sería dentro de mucho tiempo. Stefan Bringezu, director de flujos de material y gestión de recursos en el instituto de Wuppertal, en Alemania, afirma que, aunque los productos sintéticos y los sustitutos de la goma han logrado reducir la demanda de goma natural, las plantaciones de árboles del caucho han pasado a ser plantaciones de palma para la producción de aceite. “Si queremos evitar la pérdida global de biodiversidad, debemos detener la conversión de territorios naturales, en particular bosques nativos, en plantaciones”, concluye.
Si no hay plantaciones, no habrá problemas de inundaciones y corrimientos de tierra. Pero para los agricultores locales, la falta de plantaciones hace que la vida en la gran ciudad de Bangkok sea más atractiva que la vida en el campo. Esto crea todavía más presión en la ya defectuosa infraestructura de alcantarillado urbano. Y cuando llega la lluvia, esto se hace notar.
Autor: Michael Dumiak (lab/EL)
© 2014 Deutsche Welle