Transporte limpio y plazas que evitan las inundaciones destacarán en la ciudad del futuro
Paula Leighton N. desde Rotterdam
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio
Estrategias para reducir las emisiones de gases invernadero y prepararse ante el cambio climático son algunos ejemplos de cómo las urbes ya están abordando el desafío de volverse sustentables.
Ubicada prácticamente en todos los rankings de ciudades sustentables e inteligentes, Rotterdam -la segunda mayor ciudad holandesa y el puerto más grande de Europa- es un referente cuando se habla de ciudades del futuro.
«Más allá de medidas aisladas de eficiencia energética, una ciudad inteligente en sí misma apunta a un desarrollo sostenible e integral en términos económicos, sociales, ambientales y tecnológicos», destaca la arquitecta Luz María Vergara, estudiante de doctorado en la U. Técnica de Delft y subdirectora de la conferencia Encuentros ChileGlobal 2015, que se inicia hoy en Rotterdam con 120 asistentes provenientes de nueve países, la mayoría investigadores, estudiantes y profesionales chilenos que viven en el exterior.
El tema de esta novena conferencia no podía ser otro que «Desarrollando futuros sustentables».
Víctor Guadalupe, microbiólogo industrial y vicepresidente de la conferencia, destaca que a partir de los intercambios con expertos, e inmersos en la ciudad, «esperamos que los participantes se motiven a generar proyectos e ideas que puedan a futuro ayudar a Chile a seguir creciendo, y a hacerlo de una manera sustentable en el tiempo». Estos son algunos ejemplos que Rotterdam ofrece como inspiración:
Calefacción compartida
El calor residual que liberan como vapor las industrias del bullante puerto de Rotterdam entrará a un circuito de cañerías llamado «Red de transmisión de calor», que calefaccionará viviendas y edificios industriales. Esta recorrerá el sur de Holanda y ya tiene 52 km construidos en Rotterdam. Al sacar calor del puerto se hace más eficiente la refrigeración de productos y se reduce el uso de combustibles fósiles. Cuando esté totalmente operativa, se espera evitar la emisión de un millón de toneladas de CO {-2} al año.
Sol y viento en casa
Como parte de su Programa de Sustentabilidad y Cambio Climático, Rotterdam alimentará con energía eólica a dos tercios de sus 300 mil hogares en 2030. Para entonces, los paneles fotovoltaicos en los techos de las casas abastecerán el 40% de la demanda energética de la ciudad, de manera que esta generará más energía renovable de lo que consumirá. El programa contempla además implementar en los próximos cuatro años medidas de eficiencia energética en al menos 10 mil hogares, permitiendo a las familias ahorrar hasta 40% en sus cuentas de energía.
Transporte con enchufe
Limpios, silenciosos y energéticamente eficientes. Así son los vehículos que recorren las calles de Rotterdam impulsados por energía eléctrica de fuentes renovables. Autos, bicicletas, motonetas, furgones de reparto, vehículos barredores y transporte de acercamiento ya recorren las calles. Gracias a un plan de incentivos, en la próxima década al menos 200 mil vehículos eléctricos circularán por la ciudad.
Plazas que recolectan agua
Con el cambio climático en mente, Rotterdam se prepara para recibir lluvias más frecuentes e intensas, generando un alza en el riesgo de inundaciones. La Estrategia de Adaptación Climática de la ciudad contempla creativas formas de contener el exceso de agua. Una de ellas es la Plaza de agua Benthemplein. En días normales esta es un área de esparcimiento y deporte. Pero como tres sectores de su superficie están bajo el nivel de la calle, si hay lluvias torrenciales, el agua fluye hasta ellas desde calles y techos hasta convertirlas en enormes depósitos que lentamente va drenando hacia el suelo y el río.
A esto se suman casi 200 mil m {+2} de techos de edificios públicos con vegetación para retener agua de lluvia, mientras que se están probando adoquines y jardineras de un material poroso que absorbe agua como una verdadera esponja, para hacer más lenta su circulación.