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Una mirada científica a nuestros ríos

Una Mirada Científica A Nuestros Ríos

Cuando no está trabajando como hidróloga y jefa de actividades internacionales de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos, es fácil encontrarla organizando talleres de capacitación en monitoreo y recuperación de la calidad del agua, sentada en las reuniones del Comité de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca, donde es la única latinoamericana, o dictando una clase de zumba.

Es la ingeniera civil Angélica Gutiérrez-Magness, con Ph.D. en modelación de la calidad del agua, radicada en EE.UU. desde hace más de 20 años y quien regresará a Colombia para participar en el primer Foro Internacional de Ciudades con Río, que se desarrollará del 16 al 18 de abril en Montería (Córdoba).

Por ser experta en modelación matemática, Gutiérrez-Magness llegó a la NOAA en 2007 con la misión de iniciar un programa de predicción futura de calidad del agua. Había participado en el programa para limpiar las aguas de la bahía de Chesapeake (Maryland y Virginia) y de muchos de los 150 ríos que desembocan en ella, y en 2008 se convirtió en una de las fundadoras del Centro Nacional del Agua en Toscaloosa (Alabama), que será inaugurado en mayo, en el cual trabajarán más de 50 ingenieros provenientes de diferentes centros de investigación y agencias públicas con el fin de apoyar el desarrollo de metodologías que solucionen problemas de inundaciones, mareas y elevación del nivel del mar en las costas. “Esos modelos de hidrología permitirán hacer una predicción exhaustiva del agua, desde la precipitación hasta el océano”, dice.

En Colombia, Gutiérrez-Magness apoya un grupo de estudiantes de la Universidad Distrital en el monitoreo de las aguas del río Ariari (Meta), para evaluar cómo cambia el caudal en relación con las diferentes formas del uso de la tierra en su ladera.

“Estamos demostrando el beneficio de las áreas en reforestación, aplicando diferentes metodologías”, entre ellas las satelitales, datos de precipitación y análisis de terreno. Y como codirectora del Grupo de Observaciones de la Tierra (GEO) en las Américas, lidera colaboraciones y proyectos en nueve áreas: agricultura, biodiversidad, clima, agua, desastres, ecosistemas, energía, salud y tiempo (clima a corto plazo).

Desde 2011 Colombia forma parte del GEO, principalmente en programas de monitoreo sostenible para la determinación de disponibilidad y calidad del agua, así como en el componente de desastres.

Hoy, la ingeniera del Valle está empeñada en que Colombia adquiera radares de alta frecuencia para el monitoreo de las costas pacífica y caribe, en la primera por la amenaza de tsunamis, en la segunda para saber cómo actuar en caso de un derrame petrolero, ahora que el país promueve proyectos de exploración en los fondos marinos. Con estos radares “podríamos monitorear el movimiento del crudo en las corrientes, haciendo posibles medidas de recuperación”, dice.

Mientras el país se decide, continúa viajando y participando en reuniones para incidir con su conocimiento en la toma de decisiones. Pero también está pendiente de las llamadas a su celular para dictar clases de zumba. “Es una forma de volver a mis raíces. Cuando doy bailo en zumba, espiritualmente estoy otra vez en Colombia”.

EL ESPECTADOR

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