Cambio climático nos agarró fuera de base
“Guerra avisada no mata soldado, y si lo mata…” El refrán popular bien vale recordarse a la hora de evaluar los desajustes climáticos.
“Por años, y por ignorancia los científicos han sido vistos como profetas del desastre, al advertir sobre la magnitud de las transformaciones en nuestro planeta, gran parte de ellas, a causa de la intervención del hombre.
Sus preocupaciones fundamentadas rigurosamente y recogidas por los verdes, las organizaciones e individuos que secundan esos puntos de vista, han caído en saco roto y la furia del planeta se ha acentuado tanto, que hoy el futuro nos ha alcanzado.
Las mentes más lúcidas en materia ambiental consideran a nuestro planeta un ser viviente que como cualquier otro, experimenta una evolución constante. Esa forma de ver el asunto entiende a los fenómenos naturales como un todo íntimamente relacionado que no puede desasociar lluvias copiosas, sequías inclementes, terremotos, erupciones volcánicas, huracanes temperaturas extremas, deshielo, deforestación y el persistente protagonismo del hombre en el urbanismo mal entendido, la industrialización sin controles y la contaminación automotor de las grandes ciudades, por decir solo algunas.
Si las erupciones, vientos, cenizas, tsunamis y demás manifestaciones planetarias fuesen una simple expresión de una ley natural no hubiese motivo de inquietud, pero la respuesta de la tierra se convierte en catástrofes que cambian la vida de millones de personas en un segundo, con enormes cifras de muertos, heridos y economías devastadas que no hacen diferencias geográficas.
En la compleja red que teje el clima, ya no vale el recurso tan usado en el mundo político de culpar al gobierno saliente de todos los males. La ausencia del fenómeno de El Niño como responsable del calentamiento global en los últimos años deja por sentado que son otros factores los que se combinan para activar la bomba de tiempo, en la que se ha convertido la tierra.
La propia ONU reconoce su frustración para solventar la emergencia al reconocer días atrás que casi 100 millones de personas necesitan ayuda humanitaria a nivel mundial, una cifra tres veces mayor que hace 10 años.
A contrareloj
La Organización Meteorológica Mundial (OMM), la máxima autoridad en la materia parece cruzada de brazos en sus llamados , esperando que los gobiernos trazen una estrategia coherente que detenga los males del planeta y revierta los daños.
¿Hay tiempo? ¿ Responderemos antes que la capa del hielo del Ártico se diluya y el nivel de agua en las costas de las masas continentales nos llegue al cuello ?.El optimismo no juega su mejor carta en estos días a pesar que teorías , protocolos, foros y discursos han traducido cifras y ecuaciones a un lenguaje sencillo, y conceptos como, el agujero de la capa de ozono, el cambio climático, el efecto invernadero, la lluvia ácida, etc., entraron ya en la conversación diaria, tanto así que, una queja generalizada en estos días en Venezuela : “Este calor nos va a matar” podría ser el próximo trending topic.
2015-05-08
2001.com.ve